La Hiruela, el Pontón de la Oliva y el Embalse de la Jarosa son tres sitios ideales para hacer picnic con niños en Madrid. Son zonas en torno al agua y donde los más pequeños pueden jugar de forma controlada, alejados del tráfico y rodeados de naturaleza. Además, se trata de lugares con encanto de la Comunidad. El primero, en plena Sierra del Rincón; el segundo, en la sierra de Ayllón; y el último, en Guadarrama. Un plan ideal para esta época del año, sin todavía excesivo calor.
Empezamos por La Hiruela, uno de los pueblos con mayor encanto de Madrid y una de las mejores zonas para iniciar a los más pequeños en el amor por el senderismo y la naturaleza. Es un pequeño pueblo de arquitectura negra, que ha sabido conservar también sus recursos naturales y los muestra con orgullo. Es totalmente peatonal, por lo que el coche se debe dejar en las afueras y a partir de ahí disfrutar del entorno, tanto rural como natural.
Según la capacidad de los niños y lo que os apetezca, podéis hacer la ruta de molino a molino (unos 8 kilómetros) o bien, directamente, descender al área recreativa del Molino Harinero, ubicada junto al río, por la ruta de los oficios. Ésta última es muy fácil y además todo el camino está señalizado con madera, por lo que también se puede realizar con carrito. Con ella se conocerán las colmenas, la carbonera,… y se concluirá en el Molino Harinero.
Éste se utilizó hasta 1975 y se restauró en el año 2001. Sus alrededores se encuentran habilitados como zona de recreo con mesas y bancos, muy cuidada y con el río al lado, que ahorra lleva bastante agua. Una zona de frescor, excepcional para disfrutar de una comida. Podéis obtener más información a través de este enlace Turismoenlahiruela.
Embalse de la Jarosa
Cercano al pueblo de Guadarrama, desde donde se llega, su zona recreativa y todo el embalse se encuentra separado por una valla con puertas cada pocos metros. No os quedéis en la presa, que es lo primero que se ve al llegar, sino que seguir la carretera hasta los aparcamientos de la Jarosa I o la Jarosa II.
Un ejemplar de sapo
Hay dos restaurantes y un magnífico pinar al otro lado de la carretera para caminar. El entorno del embalse está rodeado de hierba y los niños pueden jugar allí sin problemas. Podrán ver patos, sapos, … bordear la zona de agua hasta la antigua ermita, buscar lugares ocultos. En definitiva, pasar un tradicional día de campo.
Pontón de la Oliva
El Pontón de la Oliva es la primera presa de Madrid, construida en el año 1857, y abandonada poco después. Situada en la zona del bajo Lozoya, se ha convertido ahora en un un sitio ideal para realizar una escapada para niños y adultos. Para llegar a la zona del río se debe recorrer la pasarela volada de una de las paredes de la presa, lo que será una gran aventura para los más pequeños, y ya allí hay múltiples opciones.
Se puede continuar por el cauce hacia la presa de la Parra, situada a 7 kilómetros (ida y vuelta puede ser mucho niños pero se puede pasear un rato en esa dirección), disfrutar de la multitud de montañeros que hacen escalada en las paredes de roca ubicadas a ambos lados del cañón, jugar en la zona del río …
Para llegar sólo hay que cruzar el pueblo de Patones de Abajo y seguir la carretera M-102 hasta las indicaciones que marcan el punto de llegada. Hay aparacamiento y luego se debe cruzar la carretera para subir por encima de la empresa. Os sorprenderá también la obra de ingeniería que supuso esta presa.
Madrid tiene muchos más sitios, pero estos son tres de los preferidos por Pequeplanning, por su entorno, posibilidades y tranquilidad para controlar a los más pequeños. Esperamos que os gusten.
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